lunes, 25 de mayo de 2015

La décima pista (The Tenth Clew). Dashiell Hammett


La decima pista (The Tenth Clew) es un relato de Dashiell Hammett (1894-1961) publicado en el número de enero de 1924 de la revista Black Mask.

La acción del relato transcurre en San Francisco. El agente de la agencia de detectives Continental (el Continental Op) es llamado con urgencia por el millonario Leopold Gantvoort para un asunto de suma gravedad. Tras esperar dos horas en su casa sin que Gantvoort aparezca y cuando está despidiéndose del  hijo de éste, Charles, una llamada de teléfono de la policía informa de que Gantvoort ha sido encontrado asesinado en el interior de un coche. Al parecer, Gantvoort se dirigía a la casa de su novia, Creda Dexter, pero nunca llegó a su destino. Gantvoort ha sido asesinado por un fuerte golpe en la cabeza usando una máquina de escribir que se encuentra en el interior del coche junto con objetos personales del muerto y otros que nada tienen que ver con él. En total, nueve posibles pistas que no parecen conducir a ninguna parte. Lo único que el agente de la Continental y el sargento de la policía O'Gar consiguen averiguar es que tanto Madden Dexter, el hermano de Creda, como el hijo de Leopold se oponían al matrimonio de Gantvoort y la chica. Gantvoort había llamado a la Continental a causa de las amenazas de un tal Emil Bonfils, que le había disparado la noche anterior y que buscaba vengarse por unos hechos desconocidos de suma gravedad que habían sucedido en París en 1902. Así lo confirma una carta amenazadora encontrada junto al muerto escrita con la máquina que sirvió de arma para el crimen. Por otra parte, no parece haber más sospechosos, ya que Madden Dexter estaba en viaje de negocios en Nueva York por cuenta de Gantvoort y el hijo de éste tiene una coartada casi irrebatible.

El agente y la policía local se enfrentan, pues, con un asesinato y un exceso de pistas. En lugar de seguir éstas hasta el violento final, el agente de la Continental las ignora y se centra en el hombre que está detrás de ellas, rastreando la personalidad de éste más que las evidencias. Para Hammett, la deducción és, a lo más, una atracción secundaria y no sólo no se le suministran casi nunca al lector todas las piezas del rompecabezas antes de revelar quién es el culpable, sino que igualmente casi nunca se muestra el proceso de deducción del agente de la Continental.

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