martes, 9 de abril de 2013

El oro de los dioses (The Gold of the Gods). Arthur B. Reeve


Arthur Benjamin Reeve (1880-1936) fue un escritor americano de novelas de misterio. Es más conocido por crear la serie del profesor Craig Kennedy, a veces llamado "el Sherlock Holmes americano", y su ayudante el periodista Walter Jameson, formada por 26 novelas. La fama de Reeve como autor se basa en los 82 relatos acerca de Craig Kennedy, publicados en la revista Cosmopolitan entre 1910 y 1918. Luego se recogieron en forma de libro y a partir del tercero los enlazó de manera que formasen falsas novelas.

Kennedy es un científico detective, profesor de química en la Universidad de Columbia en Nueva York. El personaje recuerda a Sherlock Holmes y al doctor Thorndyke de R. Austin Freeman. Usa sus conocimientos de química y psicoanálisis para resolver los casos y usa aparatos poco conocidos en su época, como el detector de mentiras, el giróscopo y el sismógrafo portátil.

Apareció por primera vez en el número de diciembre de 1910 de Cosmopolitan en un relato titulado "The Case of Helen Bond". Después de 82 relatos, su última aparición en la revista fue en agosto de 1918. A partir de entonces protagonizó muchos relatos en revistas variadas como The Popular Magazine, Detective Story Magazine, Country Gentleman, Everybody's Magazine, Flynn's y World Man Hunters, así como 26 novelas. En los años 20 se convirtió en un detective típico. En los años 30 apareció en numerosas revistas de relatos pulp como Complete Detective Novel Magazine, Dime Detective, Popular Detective, Weird Tales y otras, pero muchas de estas historias estaban escritas ya por otros escritores, faltándoles el estilo y sabor de las narraciones de Reeve.

El oro de los dioses apareció en 1915. En esta novela Craig Kennedy y Walter Jameson se enfrentan a un oscuro misterio concerniente a una daga inca robada del museo de la Universidad de Columbia. Parece ser que una inscripción en la daga revela el lugar donde está escondido el legendario tesoro de los incas, que los españoles no consiguieron descubrir. Las cosas se complican cuando un magnate peruano, Luis Mendoza, empeñado en la búsqueda del tesoro, aparece asesinado con la misma daga pero ésta sigue sin aparecer. Todo parece ser consecuencia de la maldición que pesa sobre el tesoro de los incas. Pero Kennedy no cree en supersticiones y opina que el culpable debe encontrarse entre las amistades de Mendoza: el aventurero Lockwood, el financiero Whitney, el arqueólogo Norton o la extraña pareja formada por los De Moche, madre e hijo. La hija de Mendoza, Inés, parece ser a partir de aquel momento el objetivo del misterioso asesino al sufrir varios intentos de secuestro. Al final, Kennedy establecerá quién es el culpable y resolverá el misterio del Oro de los dioses.

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