viernes, 17 de octubre de 2014

El sabueso (The Hound). H. P. Lovecraft


El sabueso (The Hound) es un relato corto escrito por H.P. Lovecraft en septiembre de 1922 y publicado en el número de febrero de 1924 de la revista Weird Tales. Contiene la primera mención que hace el autor del libro ficticio Necronomicon.

La historia se centra en el narrador y su amigo St. John, jóvenes decadentes y hastiados de todo, que sienten un interés desquiciado por robar tumbas. Constantemente profanan criptas y con frecuencia se llevan recuerdos de sus expediciones nocturnas. Ya que residen en la misma casa, tienen la oportunidad de montar en el sótano una especie de morboso museo con lo que han robado. Una colección de lápidas, cuerpos momificados, calaveras, estatuas, espantosas pinturas y un portafolios cerrado que contiene horribles imágenes.

Un día se enteran de la existencia de una tumba peculiar, que despierta un profundo interés en ellos. Se trata de una vieja tumba en un cementerio holandés, donde reposan los restos de un legendario ladrón de tumbas. De él se decía que había robado hacía muchos años de un sepulcro un objeto de mucho poder. Una noche se dirigen a ese viejo cementerio. El pensamiento de exhumar los restos de un antiguo ladrón de tumbas tiene un atractivo irresistible para ellos. Eso y el hecho de que el cuerpo había sido enterrado varios siglos antes les hace recorrer la larga distancia que existe para llegar al lugar. Al llegar al cementerio, oyen el distante aullido de un sabueso gigante. Lo ignoran y empiezan su excavación. Al rato dan con algo sólido en la tierra. Quitan los últimos restos de tierra y se encuentran con un ataúd extraño y muy elaborado. Después de abrirlo, se sorprenden al encontrar que los restos permanecen intactos después de varios siglos. Varios lugares del esqueleto aparecen desgarrados y rotos, como si un animal salvaje lo hubiese atacado. Sin embargo, el conjunto del esqueleto aún es completamente reconocible. En aquel momento se dan cuenta de un amuleto de jade que cuelga del cuello del antiguo profanador. Lo examinan y despúes de observarlo un rato identifican el amuleto como uno mencionado en "el prohibido Necronomicon del árabe loco Abdul Alhazred". Inmediatamente saben que deben apropiarse del amuleto como sea. Lo arrancan del esqueleto y huyen hacia su casa. Mientras tanto, vuelven a oir el sonido contínuo de un sabueso aullando en la distancia. Al volver a su casa, pueden oírse extraños sonidos, incluyendo el aullido lejano del perro. Luego el amigo del narrador es violentamente atacado y asesinado por una criatura desconocida. El narrador cree que el amuleto había atraído al atacante. Decide que debe devolver el amuleto a su dueño, pero se lo roban antes de que pueda hacerlo. A la mañana siguiente, lee en el periódico que una banda de ladrones ha sido destrozada por una criatura desconocida. Enloqueciendo progresivamente, el narrador vuelve al cementerio y vuelve a exhumar el atáud otra vez. El esqueleto del interior está cubierto de sangre y restos humanos. El amuleto vuelve a colgar del cuello del esqueleto. Súbitamente, éste empieza a aullar de la misma manera que el sabueso desconocido. El narrador huye del cementerio y entonces nos damos cuenta de que toda esta historia forma parte de una nota de suicidio. El narrador declara que piensa matarse con un revólver. Cree que es su único refugio del horror que se arrastra y crece dentro de sí mismo.

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